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          Este año aprendí mucho mientras escribía y corregía. Con el Retrato marciano pude hacer una descripción detallada sin nombrar lo que describía, al principio no fue muy fácil.
         Me gustó el trabajo del minotauro porque me dio la oportunidad de buscar otro enfoque de la historia, otro punto de vista. Me puse en el lugar del minotauro, y me imaginé en su situación.
       Cuando escribí Mi propio viaje al centro de la Tierra, aprendí a incluir diálogos al relato.
        El trabajo de la Historia de vida me pareció muy interesante, ya que me recordó que cada persona tiene una historia que contar. Fue divertido escuchar las historias y también escribir la de Sandra.  
        Escribir el cuento fantástico me gustó mucho, trabajar con hechos fantásticos da muchas libertades para poder inventar cosas que no podrían pasar en la vida real.
          Con cada trabajo aprendí cosas distintas: a corregir, a pensar en otros puntos de vista, a pensar en desenlaces y a escuchar historias.

 

A través del taller de Lengua

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